Lanzas y elefantes en
Sonora, México

Entrevista con la Dra. Guadalupe Sánchez

por Michelle María Early Capistrán


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Cómo el entendimiento del pasado lejano puede ayudarnos a enfrentar el cambio climático.


Corren los últimos años de la Era del Hielo y los primeros del poblamiento de América. Un grupo de cazadores se esconde entre matas de gobernadora y chamizo, silenciosos, esperando el momento en que su enorme presa muestre un gesto de distracción o vulnerabilidad. Armados con lanzas, se abalanzan sobre el gigante: un gonfoterio, curioso pariente prehistórico del elefante. 13,000 años más tarde, las puntas de sus lanzas y las cenizas de sus fogatas revelarían nuevas facetas del pasado profundo del continente.

En el sitio de El Fin del Mundo, Sonora, México, un grupo de arqueólogos y paleoecólogos liderados por la Dra. Guadalupe Sánchez (UNAM) encontraron puntas Clovis—características de la tradición lítica más antigua de América—asociadas a los restos fósiles de dos gonfoterios. En 2014, publicaron sus resultados en la revista científica PNAS.

Se creía que esta especie había desaparecido más de 20,000 años antes, pero su hallazgo arroja luz sobre la fauna del Pleistoceno tardío en Norteamérica y su convivencia con los primeros habitantes humanos. En El Fin del Mundo se observa—entre huesos, rocas y estratos—el final de una era y el inicio de otra. En esta entrevista, la Dra. Sánchez nos platica acerca del poblamiento de América y cómo el entendimiento del pasado lejano puede ayudarnos a enfrentar el cambio climático.


Cuvieronius sp.



¿Cómo se interesó en ser arqueóloga?

Siempre quise estudiar antropología o arqueología, desde que iba en la preparatoria. Al final me decidí por la arqueología, porque me interesaba saber acerca de los procesos humanos. Mi interés en la prehistoria, sobretodo los primeros pobladores de América, comenzó porque poca gente lo trabajaba. En una ocasión me pidieron hacer un pequeño texto para saber cómo era la prehistoria de Sonora. Fuimos a visitar los sitios que ya se conocían, y fácilmente encontramos varias puntas Clovis. Sonora, México Yo creo que en esa salida se encontraron como cuatro o cinco. Entonces fue que me di cuenta del potencial que había para estudiar los primeros pobladores de América en Sonora y entonces, con el apoyo de mis profesores en la Universidad de Arizona, empecé a estudiar este tema. Nunca se pensé que hubiera tanta evidencia de los primeros pobladores en Sonora, pero cuando empezamos a ver, vimos que sí había mucha y que alguien la tenía que estudiar. Entonces yo empecé a estudiarla.



Hay un sesgo mesoamericanista muy fuerte en la arqueología en México. ¿Cuáles han sido los retos de trabajar en el Norte, sobretodo tomando en cuenta que es una zona relativamente poco estudiada?

Los retos de trabajar en el norte de México y Sonora son sobretodo que está lejos del centro de México. En el INAH, en la coordinación de arqueología, casi todos son mesoamericanistas. No se dan cuenta qué tan diferentes son tanto las técnicas para estudiar un sitio como los sitios en sí. Muchas veces los estudiantes que vienen a ayudar en las investigaciones sólo tienen experiencia en Mesoamérica. Es muy difícil que les hagas ver las cosas tan chiquitas que identifican los sitios—como una punta de proyectil, por ejemplo—porque muchas veces no hay arquitectura. Entonces para encontrar los sitios tienen que aprenden a ver estas cosas en el suelo que parecen insignificantes. El otro reto es lograr que las mismas autoridades crean que esto es de interés. Aunque no haya pirámides es muy interesante saber quiénes fueron los primeros pobladores que llegaron a las Américas.



 
 

¿Cuáles son los mayores logros o satisfacciones que le ha dado trabajar en esta zona?

Lo que más me interesa de la arqueología—aunque me interesan mucho los primeros pobladores—es saber de los que no se sabe nada, de aquellos cuya historia no está escrita y que los investigadores casi no han estudiado. En Sonora ese es una de los retos. Las regiones más estudiadas en las Américas son Mesoamérica y el suroeste de E.U., pero esta región del norte de México se queda casi sin estudios. Me interesa poder llegar a estas regiones donde puedes encontrar cosas que nadie más ha encontrado. Además, en el área del desierto de Sonora la preservación de los restos es muy buena porque hay poca humedad. Como casi no llueva se quedan enterrados mucho tiempo y hay poca alteración después de que el sitio se abandona. Yo creo que eso es muy interesante, porque puedes encontrar muchas evidencias intactas en el desierto de Sonora. A veces en el desierto puedes encontrar cosas casi como si estuvieran en una cueva, en un lugar mucho más protegido. Esa es una de las cosas que siempre me atrajo. En el caso del Fin del Mundo pudimos encontrar también estos fósiles que aunque no estaban en muy buen estado, son muy antiguos.





 
 

Hablando específicamente del sitio Fin del Mundo, ¿Cuál es el aporte de los hallazgos del Fin del Mundo a los debates sobre el poblamiento de América?

El Fin del Mundo es un sitio de afiliación Clovis donde se encontraron restos de gonfoterios. Los gonfoterios son unas especies de mamuts. No son mamuts, pero son de la misma familia. Son unos elefantes un poco más chiquitos que existieron durante el Pleistoceno. Encontramos dos gonfoterios juveniles asociados a puntas Clovis. Hasta el momento tenemos unas cinco puntas Clovis asociadas a estos gonfoterios. Este sí es un hallazgo único porque es la primera vez que se han encontrado puntas Clovis asociadas a gonfoterios. La poca investigación que había de los paleontólogos que estudian animales del Pleistoceno proponía que los gonfoterios habían desaparecido de esta región hace 35 mil años. Por ejemplo, en lugares como Los Ángeles donde está el Rancho La Brea todas las fechas que se tienen de gonfoterios son de 35 mil años.

¿Porqué en el sitio Clovis más sureño están las fechas más tempranas?

Entonces, pensaban que los primeros pobladores que llegaron a las Américas nunca vieron estos animales porque ya habían desaparecido, pero en el sitio Fin del Mundo encontramos que estaban asociadas las puntas Clovis a los gonfoterios. Fue muy claro que los cazadores Clovis estaban destazando los gonfoterios, o matándolos y destazándolos. Usaban estos animales. Creo que es algo muy interesante que se puede ver en el Fin del Mundo. Lo otro que hemos encontrado en los últimos dos años—porque el proyecto lleva seis, siete años—es que pudimos encontrar carbón asociado a las lascas, a las puntas y a los huesos de los gonfoterios que nos dio una fecha de 13,350 años antes del presente, que es de las fechas más tempranas que hay de Clovis. Es una de las cosas que tenemos que seguir investigando, para ver porqué hay esta fecha tan temprana. Se cree que vinieron de norte a sur. Entonces, ¿porqué en el sitio Clovis más sureño están las fechas más tempranas? Es una aportación, que todavía no se puede explicar muy bien, a los debates de los primeros pobladores de América.






 
 

Parte de su formación y su trayectoria como investigadora ha sido en la paleoecología. ¿Porqué considera que es importante fomentar los estudios de paleoecología y prehistoria en México?

Ahorita yo he estado colaborando con los edafólogos del Instituto de Geología de la UNAM. Yo también tengo formación de análisis de polen y macrobotánica. En realidad es lo que me interesaba más antes de entrar en la prehistoria más de lleno, porque trabajé varios años en el laboratorio de polen de la Universidad de Arizona. Ahorita mismo metimos un proyecto para Investigación Básica de CONACYT que se llama “Adaptaciones humanas y cambio climático”, entonces queremos ver muchos de estos temas de la paleoecología. En este caso cuando estás hablando de sitios arqueológicos, necesitas un edafólogo que te explique de los procesos de los suelos que se formaron: si desaparecieron o no, si era más húmedo o no. Junto con esto necesitas los estudios de polen y de otros macrofósiles que se puedan encontrar. Creo que este proyecto va a ser muy interesante porque vamos a ir regresando a los otros sitios arqueológicos que yo he investigado y en los cuales no se ha estudiado la paleoecología con detalle.

Yo creo que esto es fundamental: ver cómo impactan estos cambios climáticos, que llevan hacia la desertificación el planeta

Vamos a regresar porque hay a lo menos dos o tres cambios climáticos muy importantes que cambiaron la manera en que los grupos estaban viviendo, incluyendo los Clovis. Cuando los Clovis apenas llegaron a esta zona de Sonora, terminó el Pleistoceno y empezó el desierto de Sonora. Se tuvieron que adaptar a estas nuevas condiciones porque ya no tenían elefantes, mamuts ni gonfoterios en la zona. Yo creo que esto es fundamental: ver cómo impactan estos cambios climáticos, que llevan hacia la desertificación el planeta. Ahorita con los cambios climáticos actuales eso ha incrementado en muchas regiones. Viendo qué es lo que pasa en el pasado, desde hace 13 mil años hasta ahora es una forma en que podemos estudiar la paleoecología para aplicarla en la actualidad y a lo que está pasando con estos cambios climáticos que los humanos estamos haciendo en el planeta. Creo que esa parte es fundamental.


 


 

Aunque Michelle María Early Capistrán es antropóloga cultural, las corrientes del Océano Pacífico del Norte la llevó a la biología marina. Recibió un título de posgrado en Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e investiga las interacciones humanas a largo plazo con los ecosistemas marinos mediante la integración del trabajo de campo etnográfico, la investigación de archivo y análisis estadísticos. Es autora del libro Voces del Oleaje: Ecología Política de las Tortugas marinas en la costa de Oaxaca. Síguenla en Twitter: @earlycapistran.




Guadalupe Sanchez es una investigadora asociada al Instituto de Geología-ERNO UNAM. Su licenciatura la obtuvo en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, su maestría y doctorado en la Escuela de Antropología de la Universidad de Arizona en Tucson. Durante los últimos 20 años sus investigaciones se han concentrado en el Norte de México, con varios temas entre los que figuran los cazadores-recolectores del Pleistoceno-Holoceno, la introducción del maíz temprano y la agricultura, las adaptaciones humanas, la geoarqueología, paleotenobotánica y paleoecología. En la actualidad está investigando el sitio Fin del Mundo en Sonora y su interés principal está enfocado con las adaptaciones humanas de larga duración y los cambios climáticos en el Desierto de Sonora. Ella tiene numerosas publicaciones sobre estos temas en inglés y español.


 
Diseño por Aleszu Bajak.
 
Fotos: Gentileza Guadalupe Sanchez.